Dos noticias recientes enmarcan nuestros debates
futuros y preludian una confrontación electoral de hondo calado ideológico.
La primera; Castellón ha vuelto a batir récord
exportador, que hace que vendamos al extranjero 1.505 millones de euros más de
lo que compramos, lo que supone casi duplicar el superávit comercial de 880
millones del pasado año.
Las cifras positivas en exportación son mucho
mejores ya que las previas a la crisis de 2008, hemos vendido productos fuera
de España por valor de 6.000 millones, un 6,2% más, mientras que las
importaciones, lo que compramos del exterior se reduce un 6% respecto al año
anterior.
Este dato viene a abundar en que la nueva realidad
económica castellonense sustanciada en las mil nuevas empresas del último año y
los casi 8.000 parados menos, ha venido para quedarse, gracias a los esfuerzos
de los ciudadanos y a las reformas del Partido Popular, y el ahorro de 116
millones por la bajada de impuestos va a contribuir a extender el empleo a un
mayor número de familias.
La segunda noticia que encuadra nuestra realidad es
política, y es que los neocomunistas de Podemos han elegido, en eso que ellos
llaman “País” Valenciano, como jefe a un ex asesor del PSOE de la etapa de Ximo
Puig. De la misma forma que Monedero fue asesor del PCE, y que el trasiego
entre candidatos y militantes de un lado a otro de las izquierda los convierte
en indistinguibles.
Compromís y Esquerra Republicana de Cataluña van a
presentar candidaturas conjuntas en Benicarló y en Baleares el PSOE se ha
disuelto en listas conjuntas junto a Guanyem, Podemos y Mes.
En esta orgía de siglas socialistas, comunistas y
nacionalistas solo late un proyecto común; que el Partido Popular no gobierne.
Es lógico pues cada vez que ponemos empleo donde ellos dejaron paro, nuevas
empresas donde ellos las cerraron y pensiones seguras frente a congelaciones e
incertidumbres, la izquierda queda en evidencia.
Sucedió con los tripartitos en Baleares, Cataluña y
Galicia, la España de Zapatero, y va a tener lugar en Grecia.
El desprecio del marxismo por la libertad individual
y de empresa les lleva a transformar naciones ricas en míseras. El ejemplo más
palmario es que los dirigentes de Podemos -Iglesias, Monedero o Errejón- han
asesorado y alabado las reformas venezolanas que hacen crecer los precios un
140%, bajar el salario mínimo a 22 euros
mensuales y dejar sin alimentos básicos a la población.
Por eso hoy se enfrentan sólo dos modelos; el que
hace funcionar los países, creando empleo y dando estabilidad a sus ciudadanos,
y aquel que, por su incapacidad gestora, los arruina.
Miguel
Barrachina Ros
Secretario
General del Partido Popular de Castellón
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