Una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo, y la Diputación Provincial de Castellón va a hacer esto último.
Cuando el principal problema de las administraciones públicas españolas es el sobreendeudamiento y sus consecuencias: retrasos en el pago a proveedores, subidas del tipo de interés, y finalmente elevación de impuestos para hacer frente a las amortizaciones; el ahorro y la austeridad se convierten en virtud principal.
Hay cartas, o correos electrónicos, que te pueden cambiar la vida, para bien o para mal. Nuestra institución recibió una de estas en el mes de julio por parte gobierno central pidiéndonos la devolución de 30.949.000, sí ni más ni menos que 31 millones, a los que hay que añadir una petición previa de 9.591.000 euros en el mismo sentido.
Ciertamente el ejecutivo socialista de Zapatero trataba de empañar durante este verano la buena herencia económica recibida de Carlos Fabra.
Pese a ello, con los nuevos presupuestos para 2012, habremos conseguido un record nacional, al bajar el endeudamiento desde el pasado julio de 139.955.000 euros a 119.685.000, a final de 2012, lo que supone una reducción neta de endeudamiento de más de 20 millones de euros, que se convierte de inmediato en menores intereses futuros y en dinero disponible en el banco para los particulares.
La actual crisis de deuda puede arrastrar a todas las administraciones endeudadas a situaciones como la del gobierno socialista de España, en la cual ya no resulta posible devolver lo pedido y debe intervenir la Comisión Europea para pedir una quita, pero la Diputación de Castellón no estará entre ellas.
Y no estaremos porque se ha logrado contraer el gasto corriente general en un 10% y el discrecional en más de un 50%, y además reducir la plantilla en 17 personas.
Podríamos haber optado, como todavía están haciendo otras administraciones, por decir sí a todo y a todos, teníamos margen para proseguir la escalada de creciente endeudamiento, así anunciaríamos muchas más obras y saldríamos en más fotos, eso sí, con la sonrisa inconsciente del que camina con paso firme hacia el abismo que ya han visitado países enteros.
Felizmente Javier Moliner ha optado por lo sensato, por presentar un presupuesto con once millones de euros menos, podría haber hecho lo contrario pero ha optado por el pargo plazo.
Miguel Barrachina Ros. Vicepresidente Área Económica de la Diputación