Hoy, 30 de Noviembre se cumple el centenario de la
entrada del Obispo, Luis Amigo y Ferrer, a la que sería su Diócesis de Segorbe.
Dicha llegada hace 100 años estuvo rodeada de júbilo y un ambiente de alegría y
expectación por todo el pueblo de Segorbe.
La efeméride se ha recordado hoy con la celebración
de una Eucaristía en la Catedral de Segorbe, presidida por el Sr. Obispo de la
diócesis Reverendo Sr. Casimiro Llorente que ha concelebrado la misa con cerca
de 50 sacerdotes.
El acto ha contado con la masiva afluencia de
ciudadanos segorbinos y de las poblaciones de Masamagrell, el Puig, Godella,
etc. Así como los Hermanos y Hermanas Terciarias, Presidenta de la Asociación
Fray Luis Amigo de Segorbe, Teresa Cándido así como su junta, comisión
Organizadora de estos actos y el Alcalde de la ciudad, Rafael Calvo, que estuvo
acompañado por la Teniente Alcalde, Soledad Santamaría y la concejal, Mª Carmen
Climent.
Un acto cargado de emotividad y religiosidad, que
estuvo amenizado por el coro de voces blancas de Godella, que acompañaron con sus cantos el trascurso
de la Eucaristía
.
Esta tarde a las 18:00 h., en el Auditorio Salvador Seguí,
tendrá un concierto conmemorativo a cargo del coro.
Y mañana domingo a las 18.30 en el casino, se
presentara un libro sobre la vida y obra del Obispo Amigo.
Gabinete
de Prensa Ayuntamiento de Segorbe
La envergadura del primer documento “cien por cien” del Papa Francisco es una sorpresa mayúscula:“Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación”.
ResponderEliminarEl mayor “sueño” del siglo XX había sido el de Martin Luther King, presentado en Washington hace 50 años con su famoso discurso “I Have a Dream” cuando la gran mayoría de los negros de Estados Unidos eran pobres y sufrían discriminación racial. Nadie podía imaginar que 45 años más tarde Barack Obama llegaría a la Casa Blanca.
El “sueño” de Francisco es mucho más ambicioso: quiere un cambio nada menos que en el rumbo de la Iglesia y la humanidad. Y propone, a quien quiera escucharle, el modo de ponerlo en marcha.
Como siempre ha liderado con el ejemplo, Francisco escribe: “Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una conversión del papado.
“Nada similar había salido de la boca de un Papa en la época moderna”.
Es posible que algunos se sientan aludidos cuando lean que “hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua”, o cuando el Papa insiste en que “un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral”.
“La alegría del Evangelio "
El documento afronta docenas de temas importantes, desde el papel de la mujer hasta el modo de preparar homilías que no aburran a los fieles o la indiferencia culpable ante los pobres y los explotados. Como su lenguaje es crudo, a veces el Papa se disculpa: “Si alguien se siente ofendido por mis palabras, le digo que las expreso con afecto y con la mejor de las intenciones. Sólo me interesa procurar que aquellos que están esclavizados por una mentalidad individualista, indiferente y egoísta, puedan liberarse de esas cadenas indignas”.
Francisco escribe con valentía y libertad. Quienes lean tranquilamente “La Alegría del Evangelio” se darán cuenta de que es revolucionaria porque propone un regreso a lo estrictamente esencial, tirando por la borda lo que se ha vuelto inútil.
Francisco quiere soltar lastres estructurales y mentales. Quiere una Iglesia más espiritual, más preocupada por los pobres, más alegre y más libre.