La capilla del Colegio de Ntra. Sra. de la
Resurrección de Segorbe, ofrece hasta el próximo día 13 de diciembre, una
exposición conmemorativa del primer centenario de la llegada a la sede
episcopal de Segorbe del obispo fray Luis Amigó Ferrer (1854-1934).
Organizada por la Asociación Fray Luis Amigó y las
Hermanas Terciarias Capuchinas, la muestra fue inaugurada en la tarde-noche de
ayer en presencia de la presidenta de la asociación, Teresa Cándido, el alcalde
de la ciudad, Rafael Calvo, el vicepresidente de la Diputación, Miguel
Barrachina y miembros del equipo municipal de gobierno, así como representantes
de otras instituciones y asociaciones locales.
La exposición, presidida por dos enormes fotografías
del “obispo de las barbas blancas” se dedica a recoger el testimonio inmaterial
que dejó el prelado. “Es el gran legado del padre Luis” señaló David Montolío,
comisario de la exposición conjuntamente con Jesús Zafón.
Montolió remarcó que “si pudiéramos medir las
proporciones de su carisma en ladrillos evidentemente no tendríamos una
catedral como la que tenemos sino que sería como la de Burgos”.
La muestra se configura con pequeños objetos
personales del obispo, entre los que se encuentra el bastón de la Ciudad de
Segorbe, y una serie de paneles que explican su trayectoria en la diócesis.
También se proyecta un vídeo que sigue la huella del prelado en la comarca, del
que es autor Enrique Ventura.
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