El vicepresidente de la Diputación de Castellón y portavoz adjunto, Miguel Barrachina, ha agradecido la respuesta del centenar de representantes municipales que acudieron a la cumbre de Cabanes y que “marca un punto de inflexión en las relaciones institucionales”. Tanto es así, “que nos consta la voluntad de numerosos alcaldes socialistas que se han arrepentido de hacer caso a Colomer y no asistir a una jornada plural y participativa”.
Barrachina lleva seis meses reuniéndose con alcaldes de toda la provincia para recabar sus inquietudes y necesidades “con el fin de incorporarlas al trabajo del día a día con la Diputación. Queremos crear una nueva administración mucho más eficaz y dinámica y para eso necesitamos que los alcaldes nos trasladen sus principales inquietudes y demandas en aras a mejorar cada día un poco más”.
En la Cumbre de Cabanes el presidente de la Diputación, Javier Moliner, anunció la creación de un grupo de trabajo que redefinirá las relaciones entre ayuntamientos y Diputación de Castellón para potenciar los servicios que les presta. También concretó que “los alcaldes y los técnicos municipales nos trasladen qué más podemos hacer por ellos en lo que a servicios se refiere. No tengo ninguna duda de que las diputaciones son una administración esencial, pero debemos rediseñarnos y potenciar nuestro trabajo en aquellos espacios en los que podamos ser más útiles”.
A este respecto, Barrachina ha explicado que “Javier Moliner lleva seis meses marcando el camino de la lógica y del trabajo. Si Colomer hubiese tenido solo un poco de preocupación por los ayuntamientos castellonenses, habría fomentado la asistencia a la cumbre.
El vicepresidente de la Diputación también ha valorado positivamente las propuestas hechas por Moliner de convocar una cumbre de presidentes de diputaciones con la Generalitat, así como la de incluir a las mancomunidades en el replanteamiento del funcionamiento de las administraciones públicas.
El vicepresidente de la Diputación también ha valorado positivamente las propuestas hechas por Moliner de convocar una cumbre de presidentes de diputaciones con la Generalitat, así como la de incluir a las mancomunidades en el replanteamiento del funcionamiento de las administraciones públicas.
Miguel Barrachina ha aclarado que “la Diputación ha pedido a las mancomunidades que se sumen a construir una administración más austera. No queremos que desaparezcan, sino que gestionen mejor sus recursos y los destinen a aquello que más falta hace.
Queremos que eliminen los costes adicionales y se centren aún más en resolver los problemas de sus vecinos. Nadie ha hablado de nada más de que se aplique con las mancomunidades el mismo análisis crítico que se está aplicando en la Diputación, en los ayuntamientos o en la Generalitat y que, a partir de ahora, también se va a hacer las administraciones del Estado. Esa es la directriz que nos ha dado nuestro presidente provincial, no la supresión de estos organismos”.
Queremos que eliminen los costes adicionales y se centren aún más en resolver los problemas de sus vecinos. Nadie ha hablado de nada más de que se aplique con las mancomunidades el mismo análisis crítico que se está aplicando en la Diputación, en los ayuntamientos o en la Generalitat y que, a partir de ahora, también se va a hacer las administraciones del Estado. Esa es la directriz que nos ha dado nuestro presidente provincial, no la supresión de estos organismos”.
El portavoz adjunto de la Diputación ha explicado que “conozco algunas mancomunidades que ya están haciendo también sus propios análisis internos y que han comenzado a tomar medidas para mejorar sus servicios, con un menor coste para los ciudadanos a los que se los presta”. Hay que recordar que el presidente de la Diputación también propuso incluir a las mancomunidades en este debate de optimización de recursos por parte de las administraciones públicas, “que en mucho casos son como una quinta administración que genera unos costes asumiendo competencias que pueden prestar otras instituciones”.
En su ambición por lograr la máxima eficiencia en el menor plazo posible, Moliner advirtió que primará la representación de técnicos en el equipo de trabajo de la Diputación y los ayuntamientos, “porque son los que mejor conocen el funcionamiento práctico de los servicios y pueden coordinar mejor el trabajo entre las administraciones”.
Otra de las propuestas de Javier Moliner fue la convocatoria de una cumbre en la que las tres diputaciones autonómicas y la Generalitat “analicen las funciones que cumplimos cada una de las administraciones, redefinir las competencias y primar los servicios que pueda desarrollar mejor cada una, evitando las duplicidades. Tenemos un cometido cooperativo, no competitivo”, aseguró.
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