La Asamblea General de Naciones Unidas, proclamó el Día 25 de Noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, como respuesta al grave problema que supone la violencia ejercida de forma sistemática contra las mujeres.
Según las Estadísticas de la Secretaría de Estado de Igualdad, presentadas en el pasado mes de octubre, de las más de 50 mujeres fallecidas en lo que va de 2011 por la violencia machista, el 52,9 por ciento no superaba los 40 años de edad cuando fueron asesinadas. Esta misma fuente refleja que el 72,5 por ciento del total no había denunciado a su agresor. Sólo el 27,5 por ciento de las asesinadas habían presentado denuncia contra sus parejas o exparejas.
Las estadísticas de la Secretaría de Estado indican que del total de las fallecidas, casi el 6% tenía entre 18 y 20 años; el 23,5 % entre 21 y 30 años; el mismo porcentaje para el abanico comprendido entre 31 y 40 años; el 21,6% entre 41 y 50 años, el 11,8% entre 51 y 64, y el 13,7 % eran mayores de 64 años.
Pero no podemos quedarnos con las cifras sin ir más allá. La diferencia de víctimas es prácticamente inexistente con las cifras registradas el año anterior, lo que indica que algo falla. En la Comunidad Valenciana en concreto, el número de víctimas asciende a 8, exactamente el mismo que el año anterior.
Es necesario que tomemos plena conciencia de la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos y que, además de la asistencia a las víctimas, es clave la prevención y la protección.
Es necesario insistir a las mujeres que en el maltrato "hay señales" y que hay que actuar cuando éstas se manifiestan. A los entornos de las víctimas y de los agresores, hay que pedirles que apoyen a las mujeres y que denuncien cuando detecten una situación de violencia.
Asimismo, es necesario entender la importancia del aislamiento social del maltratador como mecanismo de prevención de la violencia machista, de que toda la sociedad estemos alerta de posibles casos para poner en marcha todo el sistema de protección existente.
No hay que perder de vista que el problema de la violencia machista no es un problema que afecte únicamente a las víctimas, sino que es la sociedad en general quien lo padece y a la sociedad en general corresponde abordarlo.Todos somos corresponsables de ello, y a todos nos corresponde hacer un ejercicio de reflexión sobre nuestras propias actitudes y exigencias. Aprovechemos este día para ello y corrijamos nuestra tolerancia y condescendencia con las actitudes machistas, nuestras o de quienes sean. Saquemos tarjeta roja al agresor, pero también a quienes hacen del machismo una forma de vida. La muerte es la última de las consecuencias de la violencia de género, y la que más impacto social causa, pero hay montones de víctimas cerca de nosotros que viven bajo el yugo de la violencia machista, en mayor o menor silencio.
En atención a ellas, en consideración al respeto que merece cada ser humano, a la igualdad de trato y al ejercicio de la libertad, pido a la sociedad segorbina que digamos “basta”. Erradiquemos las diferencias de género y expulsemos la violencia de nuestras vidas. Aprendamos a utilizar la tarjeta roja.
Soledad Santamaría Lara. Concejala de Bienestar Social
¿Donde estaba el partido socialista?
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