Foto de Luis Gispert. |
La protección de estos cuatro conjuntos de toques
manuales de campanas como BIC de carácter inmaterial supondrá no sólo la
protección genérica de sus actividades, conocimientos y técnicas, sino también
de las instalaciones, las campanas y los toques en su estado actual, sin
interferir en su uso habitual para toques diarios, festivos o de difuntos o
incluso para conciertos extraordinarios.
Esta incoación se enmarca en la línea de trabajo en
torno al patrimonio inmaterial que se viene desarrollando desde la Generalitat
desde hace varios años y cuyo objetivo es proteger y difundir este patrimonio
tan frágil, pues su transmisión es, en muchos casos, oral.
A mediados del siglo XX, la mayoría de pueblos y
ciudades de la Comunitat Valenciana electrificaron y motorizaron los juegos de
campanas, interrumpiendo así la transmisión del patrimonio inmaterial del toque
manual de sus campanas.
En contraste con esto, los campaneros de Albaida,
Castellón, Valencia y Segorbe han sabido resistir y perpetuar la tradición
desde el siglo XIII hasta nuestros días, cumpliendo la consueta todos los días
del año. Las consuetas son relaciones escritas de toques, con estricta
regulación según las festividades, los tiempos, los espacios y las personas.
Tanto la tradición de cerca de ocho siglos de
continuidad de toques manuales, como los elementos muebles e inmuebles
asociados a la misma, hacen único el patrimonio de estos cuatro campanarios.
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