Desgraciadamente los últimos días vivimos a caballo
de dos espectáculos. El bochorno de ver como responsables públicos son
condenados, aquí el último sonrojo es el que nos ha provocado Rafael Blasco y
en Andalucía el imputado número trescientos, para lo que sólo nos queda el
consuelo de que con el actual gobierno de España, justicia, fiscalía, policía y
guardia civil, son absolutamente implacables. El segundo, la pelea de sillones
con que la izquierda esta asombrando a la Comunitat, "cambio de cromos"
que ha dicho Compromís.
La primera de las causas es el motivo principal por
el que los ciudadanos nos han castigado en las urnas y origina el segundo, que
minorías radicalizadas pacten gobiernos que aíslan a la fuerza más votada, el
Partido Popular.
Si en la provincia de Castellón los populares hemos
obtenido mejor resultado que en provincias vecinas ha sido, precisamente, por
la rapidez con la que Javier Moliner ha sabido renovar el partido y la
contundencia con la que ha actuado ante posibles casos de corrupción.
Con este resultado se ha evidenciado que la
tolerancia cero de Moliner con comportamientos indebidos y la renovación que ha
impulsado en la dirección del partido y en las listas municipales ha tenido un
efecto positivo y ha hecho que el desgaste, que el PP valenciano ha sufrido,
fuera menor en nuestra provincia. En estas elecciones la marca popular ha
lastrado a magníficos alcaldes y candidatos que nada tienen que ver con
aprovechados que querían beneficiarse personalmente a costa de un partido lleno
de gente honrada.
Las decisiones del equipo de Moliner han pivotado
sobre la renovación, la participación, la transparencia y la ejemplaridad. Sin
estos importantísimos principios, al Partido Popular de Castellón se le hubiese
castigado mucho más en las urnas. Los ciudadanos cada vez son más exigentes y
demandan nuevas formas de hacer política. La renovación y regeneración era
necesaria y en el PPCS hemos sido los primeros en impulsar los cambios que los
nuevos tiempos demandan. De las 135 candidaturas presentadas a las elecciones
municipales, un total de 61 tenían nuevos candidatos a las alcaldías, lo que ha
supuesto nuevas caras en el 45%.
También en el PP de la provincia de Castellón hemos
sido pioneros en impulsar la participación con la puesta en marcha del proceso
de elección abierta de candidatos con la campaña #OpenPPCS. Por otro lado, la
transparencia ha sido clave para el nuevo PPCS. Durante la última legislatura
el equipo de gobierno de la Diputación ha impulsado muchas medidas para
favorecer la relación de los políticos y ciudadanos. La publicación de los
sueldos, de los currículums e información fiscal de los diputados, la
aprobación del Reglamento de transparencia y el de Participación Ciudadana o la
apertura de las mesas de contratación a los grupos de la oposición, entre otras
muchas han mejorado la relación gestor público y administrado.
Todas las medidas de Moliner para mejorar la
provincia, no hubiesen tenido sentido si él no hubiese predicado con el
ejemplo. Ha sabido impulsar una nueva etapa en el PPCS marcada por la
ejemplaridad en la gestión del dinero público de quién, tras reducirse un 25%
su sueldo, decidió no cobrarlo hasta que todos los proveedores recibiesen el
ingreso de sus facturas.
En definitiva, para acabar con los dos espectáculos
que hoy nos acompañan y recuperar la confianza perdida de aquellos que
democráticamente han decidido no apoyarnos solo hay un camino, seguir
profundizando en estos principios y liderando la adaptación a los nuevos
tiempos que nuestro partido necesita. La regeneración y la renovación son
absolutamente imparables en el PPCS.
Miguel
Barrachina Ros
Secretario
Provincial Partido Popular de Castellón
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