Tras dos semanas de dura
lucha parlamentaria, y de negociaciones entre las grandes fuerzas políticas, el
español Miguel Arias Cañete será nombrado comisario de Energía y Medio
Ambiente.
En la primera pregunta, que
valoraba si era apto para ser comisario europeo, el político español logró 83
votos a favor, 42 en contra y tres abstenciones. Sobre la segunda cuestión (si
era idóneo para la cartera de Energía y Medio ambiente, el 'popular' obtuvo 77
apoyos, 48 en contra y tres abstenciones.
Las comisiones de Medio
Ambiente y de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo,
reunidas esta tarde, han votado de forma clara a favor de dar un dictamen
positivo del político español, que de esta manera salva su último escollo.
El español fue seleccionado
para la cartera energética por el nuevo presidente de la Comisión, Jean-Claude
Juncker, pero se encontró con una durísima resistencia por parte de los
socialistas europeos y los Verdes, que tenían dudas sobre su situación
patrimonial, sus vínculos con el sector del petróleo, las declaraciones
machistas efectuadas en el pasado y sobre la posibilidad de que, visto su
expediente político, pudiera alinearse más con las grandes empresas que defender
los intereses medioambientales.
En su audiencia pública, y
durante más de tres horas, Arias Cañete recibió 45 preguntas de los
eurodiputados, muchas en un tono agresivo. Y a diferencia de lo ocurrido en la
mayoría de los otros comisarios entrevistados esta semana, las preguntas
tuvieron una fuerte componente personal.
De las ocho primeras
intervenciones, cinco tuvieron que ver con el conflicto de intereses que podría
tener por ser su familia la propietaria o administradora de negocios ligados al
petróleo. Arias Cañete vendió a finales de septiembre sus participaciones en
Dúcar y Petrologis Canarias mismas, pero eso no fue suficiente ni para
socialistas ni para los verdes, pues el negocio queda en manos de su cuñado.
Además, al presentar al
Parlamento una versión actualizada de su declaración de bienes, con la venta de
las acciones, también añadió una partida nueva: el complemento salarial de
hasta 5.000 euros al mes que recibió, entre 2008 y 2011, como miembro de la
comisión electoral del Partido Popular
En realidad, Arias Cañete
había presentado dos declaraciones de intereses financieros. Una al equipo de
Jean-Claude Juncker, en la que estaban incluidas todas las partidas. Y una
segunda, la del Parlamento Europeo, en la que no se detallaban todas y cada una
de ellas. Pero para evitar problemas y suspicacias, al conocer su equipo que
iba a ser objeto de un ataque directo, se había optado, a última hora, por la
actualización.
El Partido Popular confiaba
en que el paso por la Comisión Jurídica fuera sólo un trámite, pero el proceso
fue mucho más complicado de lo esperado, y la resistencia de los Verdes fue muy
fuerte. Sin embargo, el gran pacto político alcanzado en la víspera por los
líderes de los tres grandes partidos (Populares, Socialistas y Liberales) a
instancias del presidente había dejado allanado el camino.
Pasa el corte
Arias Cañete pasa el corte,
como el francés Pierre Moscovici y el británico Jonathan Hill. No lo hace en
cambio la eslovena Alenka Bratusek, candidata de Juncker para la Vicepresidencia
de Unión de la Energía (y por tanto, supervisora teórica del español). Su
pésima audiencia pública y su falta de apoyos la han condenado. Bratusek se
negó a lo largo de toda la jornada de hoy a retirar su candidatura, pese a las
fuertes presiones recibidas, y decidió someterse a la votación de las
comisiones. Y allí se decidió su no idoneidad para el cargo con 112 votos en
contra, 13 a
favor y dos abstenciones.
Ahora, Juncker se verá
obligado a sustituirla, previsiblemente por Tanja Fajon, una periodista que
llegó a Bruselas con la entrada de Eslovenia en la UE y que cuenta con el
respaldo del nuevo Gobierno de Liubliana y el visto bueno del Europarlamento.
El intercambio podría
consistir en dar la vicepresidencia energética de la caída Bratusek (que se
nombró a sí misma candidata en busca de un retiro europeo tras la derrota de su
partido en las elecciones) al eslovaco Maros Sefcovic y en cambio situar al
polémico húngaro Tibor Navracsics en su puesto en Transportes, ocupando el
nuevo candidato o candidata esloveno la cartera de Cultura, Educación y
Ciudadanía.
En realidad, hay otra
posibilidad. Todas las comisiones parlamentarias que han examinado a los
candidatos enviarán o han enviado ya una carta a la Conferencia de Presidentes
(el órgano que agrupa a los líderes de los partidos políticos) haciendo una
valoración de cada candidato.
Esta Conferencia de
Presidentes discutirá los casos. Y en el caso de que no hubiera unanimidad,
podría someter a votación a cada uno de los propuestos, pero no a mayoría
simple, sino que cada líder tendría los votos de tantos escaños como represente
su fuerza política.
En última instancia, nada es
vinculante, y Juncker podría enrocarse y decidir mantener a todos los
candidatos propuestos y desafiar al Parlamento a que tumbe la Comisión en
pleno, porque no puede haber vetos individuales. Pero es un escenario que
absolutamente nadie contempla, pues hay acuerdo.
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