Miguel Barrachina, Vicepresidente y portavoz Diputación |
A pesar de que no existe ningún país que haya salido
de la crisis con medidas socialistas no celebro la actual descomposición del
PSOE, pues quienes los suceden en su ámbito ideológico, proponen medidas que,
no sólo arruinan países, sino que directamente los disuelven.
El mismo día de la dimisión de Rubalcaba escribí que
“no se marcha por una caída del voto socialista sino por la configuración de un
escenario futuro impracticable para la izquierda moderada”.
Efectivamente, el socialismo es ahora víctima de sus
contradicciones.
Tras haber participado en 1.281 manifestaciones en
la provincia de de Castellón contra los gobiernos populares, en ninguna de las
cuales aparecía una sola bandera de España, pero sí muchas republicanas, sus
jóvenes ven incomprensible el apoyo a la monarquía.
Después de haber respaldado el referendo ilegal por
“el dret a decidir” en la región hermana, ahora muchos de ellos se plantean
¿por qué no pueden votar república o monarquía?
Y por más razonable que sea la respuesta
constitucional, que en su día dieron el 89% de los españoles, que dice que sí,
sí hay que celebrar referendo para traer la Republica o para fragmentar la
nación, siempre que lo soliciten 2/3 de las Cortes Generales, el votante socialista
no queda convencido. Son muchos años remando en sentido inverso.
Cuando piden, en Castellón “programes d´inmersió i
d´enseyament en valencià” que acabaría
con el 9% de educación en castellano que aún resta, emulando a sus
compañeros catalanes, abjuran de su identidad. Así las Juventudes Socialistas
de Barcelona expresaban que “…defenderán el idioma español como lengua usada en
todos los grados de enseñanza dependientes del Estado", El Socialista
(27-12-1931).
Cuando en el año 1931 esta misma organización
expresaba en El Socialista “dispuestas a todo para impedir el triunfo del
separatismo reaccionario que pretende aislar a Cataluña del resto del mundo…”.
Ahora resulta incomprensible verlos en una manifestación en la que reclaman:
“Som una Naciò, nosaltres decidim”. Estas rarezas son las que hacen que el
secretario de los socialistas catalanes Pere Navarro, asistente a la
manifestación también haya dimitido.
Que el partido que llegó a gastar en 2009 hasta
110.000 millones más de lo que ingresó, congeló pensiones y bajó un 5% el
sueldo a los funcionarios tilde de “austericidio” las políticas del ejecutivo
que trata de cuadrar sus cuentas es asombroso. Y más cuando el gobierno de la
Sra. Díaz en Andalucía está tomando medidas similares, y al final estas contradicciones
no hacen más que provocar el voto para la izquierda extrema.
El ideario dominante en la izquierda al que tanto ha
contribuido el PSOE está acabando con ellos mismos, e insisto, no me alegro.
Miguel
Barrachina
Vicepresidente
y Portavoz de la Diputación de Castellón
Ademas de tu magnifica explicacion muy sencillo porque a aquellos que les llevan las pancartas aunque sean de espinos se los estan comiendo han caido en su trampa y aqui en segorbe les pasara lo mismo sino al tiempo.
ResponderEliminarNingún retrato mejor de la España de nuestros días que el ofrecido el miércoles en el Congreso. Petición de la república catalana por aquí, de la república vasca por allá, de la república gallega por acullá. Por ese camino, pronto llegaríamos a la república de Málaga, de Cádiz, de Granada, de Cartagena, de Gandía, de Jumilla, de Camuñas y tantas otras. ¿Fantaseo? No. Ocurrió en la I República, con episodios tragicómicos, como declaraciones de guerra entre ellas. Y es que, puestos a ser chulos, nadie nos gana a los españoles.
ResponderEliminarPor fortuna, esta vez todo quedó en fuegos artificiales. «¿Qué opina el pueblo español?», preguntó indignado Cayo Lara. Pues el pueblo español, a través de sus representantes, endosó, por 299 votos contra 19, la ley que él tan sañudamente ataca. Aunque ¿qué le importan a un comunista los votos? Cuando habla del pueblo, se refiere a los suyos, a nadie más, que no cuentan. Como hacen los nacionalistas y quienes votaron no o se abstuvieron. El mayor espectáculo lo dio Duran i Lleida, que se superó a sí mismo con un «sí, pero no, sino todo lo contrario», acusando a los gobiernos españoles de excluirlos, cuando quienes se autoexcluyen son ellos. A este hombre hay que decirle lo que Cicerón a Catilina: ¿Hasta cuando vas a abusar de nuestra paciencia? Y no quiero hablar del portavoz del PNV porque daba lástima ver su cara de miedo oyendo hablar al de Amaiur. Con razón. Sabe perfectamente que van no solo por sus votos, sino por todo cuanto tienen. Como CiU, han soltado la fiera del nacionalismo radical, y ahora son incapaces de frenarla. En general, el debate fue el desahogo de los que intentan descuartizar, destruir, acabar con España. Yo repetiría sus discursos en horas de máxima audiencia para que los españoles nos enterásemos de lo que podemos esperar de ellos.
Y, en medio del zafarrancho, la gran noticia: el PSOE, que no apoyó a la II República por considerarla «burguesa», que incluso se sublevó contra ella en 1934, acepta la legalidad de la monarquía parlamentaria en 2014. No sé cómo los diputados del PP no se pusieron en pie y se rompieron las manos aplaudiendo al escuchar a Rubalcaba. Ese sí que es un cambio histórico, se ha renovado el pacto que hizo posible la Constitución de 1978, saeteada la pobre por todas partes, y ha quedado marcada la línea entre los que apuestan por estabilidad y los que quieren romper con el pasado, presente y futuro.
Votar «sí» tuvo que costar un gran esfuerzo a muchos socialistas, pero al final el sentido, no ya de Estado, sino común, se impuso. Con el bloque constitucional amplio y un nuevo Rey, el futuro parece más despejado. Los que quieren acabar con España pueden seguir diciendo lo que quieran, que para eso están en una democracia aunque lo nieguen, pero su peso es testimonial.
Ahora solo falta que esa democracia se consolide en la nueva etapa que nos disponemos a iniciar. Los desafíos son muchos y grandes. Pero «se hace camino al andar», como decía Antonio Machado, que tanto gusta a los socialistas. Esperemos que sigan por él.
ResponderEliminarOCHO AÑOS DESPUÉS
El desfase de insultos a Acebes de Madina vuelve como un boomerang.
El 7 de junio de 2006 el joven diputado EduardoMadina dio una muestra de su capacidad para el insulto con una entrada en su blog en la que bajó al terreno de lo personal para insultar al entonces secretario general del PP Ángel Acebes.
En aquel artículo -posteriormente borrado- Madina le calificaba, a partir de una foto del político popular, como un "guiñol", un "cura franquista cargado de odio y rencor" con "predisposición permanente al vómito".
El diputado socialista, hoy supuesta esperanza blanca de renovación en un PSOE que hace aguas, se encarnizaba especialmente en la boca y en la dentadura de Acebes, de la que aseguraba que dejaba caer un "hilillo de mala baba" y que la gaviota símbolo del PP había huido "despavorida de la baba de vinagre que se desprende de Acebes".
Las lindezas de Madina incluían comparar los dientes de Acebes con los de Tejero o las palabras salidas de su boca con las de los gritos de "los guerrilleros de Cristo Rey".
Ante la polémica, Madina optó por explicar cómo a él le habían escrito insultos por el artículo y señaló que era "un comentario en el que no hay ni un insulto", sino tan sólo algo escrito "en evidente clave de humor".
Sin embargo, la "clave de humor" sigue cabalgando ocho años después de que estampase su firma en ese escrito, como se han ocupado de airear incluso desde sus propias filas.
Y es que a Madina, si se hace caso de lo que anda comentándose por ahí, pueden esperarle más alegrías filtradas por el fuego amigo.