- “Creo que es hora de dar un paso al frente, de luchar por nuevas ideas y proyectos capaces de ilusionar y hacer crecer a esta tierra”
- Partenalia es una alianza de provincias para participar en la toma de decisiones del Parlamento y desarrollar proyectos conjuntos
“Creo que es hora de dar un paso al frente, de
luchar por nuevas ideas y proyectos capaces de ilusionar y hacer crecer a esta
tierra, de defender y reivindicar desde Castellón, Valencia, Madrid o Bruselas
la importancia de las administraciones provinciales para el desarrollo de
nuestros pueblos. Porque somos los más próximos a ellos, la voz de los
ciudadanos, la herramienta del progreso y el vigía de nuestras señas de
identidad”.
Con estas palabras ha anunciado el presidente de la
Diputación de Castellón, Javier Moliner, su candidatura a la presidencia de la
Asociación Paneuropea de Administraciones Intermedias Partenalia, el principal
‘lobby’ a nivel de administraciones supramunicipales de la Unión Europea, que
se votará en el próximo Consejo Político que se celebrará en Terni (Italia) el
próximo 3 y 4 de abril. El anuncio ha tenido lugar en la jornada sobre las
elecciones al Parlamento Europeo ‘Tú decides’, organizado por Europe Direct
Comunidad Valenciana, que ha transcurrido esta mañana en el Casino Antiguo de
Castellón.
“Partenalia es una alianza estratégica de las
provincias para hacernos oír, con más fuerza, en el Parlamento Europeo; para
participar en la toma de decisiones políticas; para reclamar mejor financiación
y para desarrollar proyectos conjuntos que en pro de nuestros territorios.
Hablamos de iniciativas como la mejora del abastecimiento de agua, el fomento
del deporte, la depuración de aguas residuales o la formación para el empleo,
que a día de hoy ya llevamos a cabo en los centros Cedes de la provincia”, ha
apuntado Moliner. La presidencia aseguraría a la provincia de Castellón una
interlocución directa en los principales foros donde se designarán las ayudas
europeas entre 2014 y 2020.
Cabe recordar que la Diputación de Castellón entró a
formar parte de esta asociación, la única a nivel de administraciones
intermedias, en 2003 y, actualmente, ocupa una vicepresidencia y lidera el
grupo de Turismo y Nuevas Tecnologías. Partenalia está formada por provincias
italianas, holandesas y belgas; departamentos franceses; asociaciones de
municipios portugueses; varias diputaciones españolas y ahora nuevos socios de
Croacia, Bulgaria y Rumania.
Elecciones ‘clave’ para el futuro de los pueblos
En la misma línea, Javier Moliner ha apuntado que
“en esta Diputación creemos más que nunca en Europa. Por eso considero que que
estas elecciones son un momento clave para definir el futuro de nuestros
pueblos, para no dejar escapar ni una sola oportunidad de la que nos podamos
beneficiar”.
“Europa es un instrumento común capaz de multiplicar
oportunidades. Un aval de futuro para cada uno de nuestros 135 pueblos. Una
sociedad en la que tenemos muchísimo más que ganar dentro que fuera. Europa es
un sentimiento, la fuerza de nuestros valores y el más firme salvaguarda que
ofrece soluciones colectivas a problemas locales”, ha añadido el presidente
provincial.
Sonríe cuando le hablan de cambios de Gobierno. Y se encoge de hombros cuando le meten prisas. El mayor éxito de Rajoy en sus dos largos años de Gobierno ha consistido en no hacer nada. Es decir, no pedir el rescate. Aguantar la embestida del 'bicho' a 'porta gayola' y, luego, dejarle pasar. Ni un muletazo, ni mal trincherazo. Eso, para los subalternos.
ResponderEliminar'A fuego lento'
Un veterano dirigente del PP recordaba días atrás que la cocina de Rajoy es 'a fuego lento'. Que nadie espere de él un 'fast food' o un calentón. Ese premioso 'chup-chup' en los fogones desata los nervios a la oposición. "Nadie en el PP se atreve a defender los recortes y los ajustes", venía a decir días atrás la candidata Valenciano, desde su sincero chonismo poligonero, al reprochar la ausencia de listas electorales en el partido del Gobierno. No tener a quien zaherir, con quién meterse, en verdad, agua el vino de la polémica.
Los aspirantes se ponen nerviosos. Cañete está un poco harto. En el rostro de González Pons afloran eléctricos tics. Esperanza Aguirre vuelve a circular por cenáculos y corrillos. Los actuales eurodiputados no saben si renovarán en el escaño, y ya les urgen en el colegio bruselense para preinscribir a sus hijos. No sabenj qué hacer. La famosa lista de las europeas ha devenido en un potro de tortura. "Maniano les hace luz de gas", explica la misma fuente.
La hermeneútica de Rajoy siempre nos lleva a colegir que su línea de actuación se sitúa en las antípodas del famoso enunciado lampedusiano. O sea, que si quieres asegurarte de que todo siga igual, lo mejor es que nada cambie. Y Rajoy está muy satisfecho de sus equipos y sus personas. ¿Cambios? los mínimos, y, como en la reforma fiscal, a fuego lento y cuanto más tarde, mejor. Los cambios, ni con gaseosa.
La vicepresidenta que lo puede (casi) todo
ResponderEliminarEl pasado miércoles por la tarde la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se reunía por primera vez en esta legislatura con los portavoces de todos los grupos parlamentarios. Lo hacía para hablar con ellos de dos leyes que ya están registradas en el Congreso: la Ley del Alto Cargo y la de Partidos Políticos, y de la reforma del Código Penal, en la que se van a incluir penas más duras por delitos de corrupción.
La reunión era importante porque se trata de la primera vez que los partidos políticos hacían un esfuerzo por avanzar en eso que llamamos regeneración democrática, y aunque se quede todavía bastante lejos de muchas de las propuestas que serían bien vistas por los ciudadanos –como una reforma de la Ley Electoral, mayor democracia interna en los partidos, limitación de mandatos, mayor reducción de cargos, etcétera-, no dejaba de ser un primer paso. Hay que pensar que hace unos años ni se nos hubiera pasado por la cabeza que algo así pudiera suceder.
Pero no es ahí a donde quiero llegar. No ha sido el único hecho importante esta semana en términos de dialogo político. Ese mismo día el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, comparecía en la comisión correspondiente del Congreso para informar sobre los sucesos de Ceuta en los que murieron 15 personas que intentaban entrar ilegalmente en nuestro país. El hecho de que Martínez haya asumido la gestión de este espinoso asunto tiene mucho que ver también con las conversaciones previas que sobre el mismo ha mantenido la vicepresidenta del Gobierno con el PSOE.
La vicepresidenta del Gobierno es quien mantiene ahora mismo la única vía de interlocución con el nacionalismo catalán a través del líder de Unió, Josep Antoni Durán i Lleida, además de con el propio PSOE, con el que está negociando una posición común de cara a ese debate que se va a celebrar en el Congreso sobre la propuesta nacionalista Martínez ha gestionado con mucha habilidad la respuesta del Gobierno y ha conseguido aplacar la virulencia inicial con la que el PSOE y la oposición en general se habían dirigido al Gobierno, hasta el punto de que los socialistas retiraron su propuesta de reprobación del ministro Fernández Díaz y se ha abierto una fase de diálogo para intentar llegar a un pacto de Estado sobre inmigración, cuya importancia a la vista de los acontecimientos a nadie se le escapa.
Son tres asuntos espinosos, y los tres los ha dejado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en manos de Sáenz de Santamaría a la que desde luego –me consta- no le quedaba tiempo para dedicarse a intrigar en los asuntos que afectaban al PP vasco, por más que se haya querido ver su mano detrás de las pretensiones de Alfonso Alonso de imponer a uno de los suyos como número dos de Arantza Quiroga. No ha sido así hasta el punto de que la misma tarde en la que Quiroga anunciaba oficialmente el nombre de Nerea Llanos, la vicepresidenta no tenía información sobre lo que iba a pasar.
Da igual, porque en el afán periodístico por encontrar un titular más allá de lo cierto siempre es más atractivo ver en esas decisiones una batalla de poder entre dos mujeres que mandan –Soraya vs Cospedal, Cospedal vs Soraya-, que la realidad de los hechos. La cuestión es que por encima de las cuitas internas de partido, la vicepresidenta del Gobierno está consiguiendo algo que hasta hace poco parecía imposible: un pacto, o al menos una apariencia de acuerdo, entre el Gobierno y la oposición sobre asuntos que son del máximo interés.
Si de aquí a final de año se produce al menos esa apariencia de acuerdo –aunque no se llegue a plasmar en votos afirmativos como ocurrió con la Ley de Transparencia-, al menos se habrá conseguido algo fundamental para nuestra democracia: que los dos grandes partidos se reencuentren en los temas de Estado. Y para conseguir eso hace falta habilidad política y una predisposición al encuentro que durante mucho tiempo ha estado ausente en nuestro país.