Nos quedan los muertos, los heridos y el inmenso
trauma social. Eso es lo que nos queda del 11-M, los brutales atentados del 11
de marzo de 2004. Eso y un vuelco en la Historia política de España que nadie
está en condiciones de negar. En buena medida todo lo que ha pasado en España
desde aquella fecha es producto directo o indirecto de lo que ocurrió en esos
trenes. Por eso es inevitable, todos los años, en cada aniversario, hacer
algunas reflexiones de interés general.
Por más que durante años se han ridiculizado las
“teorías de la conspiración”, el hecho es que hoy, nueve años después, la
versión oficial sobre los atentados sigue pareciendo insolvente. Por ejemplo,
nadie está en condiciones de decir quién fue el cerebro de tanta barbarie. La
gente a la que se detuvo por estos hechos terminó siendo absuelta de los
cargos. Del mismo modo, hoy, nueve años después, nadie parece dispuesto a
explicar las numerosísimas irregularidades cometidas durante el proceso de
investigación: desguace prematuro de trenes, manipulación de pruebas, siembra
de pistas falsas…
Todo eso no sólo permanece en la memoria de los
ciudadanos mejor informados, sino que sigue siendo objeto de debates y
polémicas. Como también permanece en la memoria, y no podía ser de otro modo,
la intensa manipulación política que la izquierda promovió a partir de los
atentados; manipulación que en última instancia condujo a siete años y medio de
gobierno socialista, a los pactos con ETA, al rediseño del mapa autonómico y a
otras muchas cosas que están en la mente de todos. Cosas que no habrían sido
posibles si los brutales crímenes de aquel día no hubieran adormecido y
atemorizado a la sociedad española, que en aquella hora, todo sea dicho, dio
muestras de una flaqueza más que preocupante. En este sentido, es significativo
que todas las fuerzas políticas, sin excepción, hayan preferido pasar página y
dejar atrás los hechos, como si la realidad pudiera disiparse cerrando los
ojos. El 11-M marcó la Historia de España. Para mal. Para muy mal.
Hoy, nueve años después, sólo se puede pedir
justicia. Los grandes crímenes políticos –y este lo fue– tienen la cualidad de
hurtarse a un completo esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, tarde o
temprano aparece la verdad. Por eso es imprescindible que la Justicia mantenga
abierto el caso, que no cierre los ojos ante los nuevos datos que eventualmente
puedan surgir y que actúe con honradez y seguridad hasta descubrir toda la
verdad y nada más que la verdad.
Ni se sabe ni se sabra, Rubalcaba ya se encargo de que se destruyesen todas las pruebas que incriminasen a ETA.
ResponderEliminarEl Sr. Rubalcaba es un ASESINO.
ResponderEliminarTodos sabemos como llegó el Psoe al poder
ResponderEliminarCompletando la política editorial de Rafael, la cuál suscribo al 100%, os dejo este enlace con una recopilación del trabajo de investigación llevado a cabo por el periódico el Mundo, el ingeniero de telecomunicación Luis del Pino y Libertad Digital.
ResponderEliminarhttp://www.libertaddigital.com/bitacora/enigmas11m/todo.php
Los enigmas del 11-M
Los socialistas colocan en el dia de hoy flores a las victimas? O al triunfo electoral que les dio esta tragedia?.
ResponderEliminarAlgun dia se sabra la verdad de Rubalcaba y a mas de uno se le caera la cara de verguenza,este sujeto guarda muchisima basura.
ResponderEliminarPues que se prepare el PP que el mismo juez a cogido el caso barcenas.
ResponderEliminar