Zarrías le concedió en 2006 una subvención
«excepcional» de 1,8 millones de euros para costear sus dietas, reformas y
hasta el alquiler de oficinas
ABC
Manuel Pastrana y Gaspar Zarrías
El territorio andaluz se quedó pequeño para los
negocios de formación de la federación regional de la Unión General de
Trabajadores(UGT-A). De la mano de la Junta de Andalucía, que le inyectó 1,8
millones de euros de fondos públicos durante cuatro años, la central montó ocho
sucursales de formación, denominadas como aulas sindicales, en siete países de
Centroamérica y el Caribe:Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa
Rica, Panamá y República Dominicana. El Gobierno socialista de Manuel Chaves patrocinó
la «misión» de adoctrinamiento sindical de la organización en el exterior
haciéndose cargo del 90 por ciento de los gastos del proyecto.
La Agencia Andaluza de Cooperación Internacional,
departamento que dependía del entonces consejero de Presidencia,Gaspar Zarrías,
le concedió una subvención «de carácter excepcional» de 1,8 millones de euros
en 2006, que fue publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía,
junto a otros fondos repartidos entre ONGs y el sindicato Comisiones Obreras,
el 11 de abril de 2007, cuando el plan ya estaba en marcha. Dentro de un
periplo oficial que le llevó por tres Estados de Centroamérica en marzo de
2008, Zarrías, actual responsable municipal del PSOE a nivel federal ymilitante
de UGT, se encargó de inaugurar el aula sindical de Panamá, financiada por la
Junta, y abrió el Congreso Fundacional de la Confederación Sindical Americana.
UGT-A bautizó a su ambicioso plan como «Proyecto
Integración y Fortalecimiento sindical en Centroamérica y el Caribe» (en
adelante Proinfos). La central sólo tuvo que sufragar el 10 por ciento de sus
cursos y talleres centroamericanos, para lo que utilizó las cuotas que abonan
sus afiliados.
ABC ha tenido acceso a facturas pagadas por la
Administración autonómica que revelan la conexión internacional del negocio de
los cursillos de formación de UGT-A. Sólo durante la primera de las cuatro
anualidades del programa Proinfos, que abarca desde marzo de 2007 a febrero de
2008, el sindicato le endosó a la Junta gastos, acreditados con facturas, por
un importe total de 365.604,69 euros. El mayor desembolso corresponde a la
compra de equipos, mobiliario y suministros de sus «sucursales», que
ascendieron a 129.505,67 euros. Les siguen los 85.188,88 euros empleados en
gastos de funcionamiento como dietas (viáticos, según la terminología
hispanoamericana) por transporte, alojamiento en hoteles y comidas. Entre los
cargos realizados con fondos públicos hay de todo: desde la compra de sillones
ergonómicos hasta la construcción de un aseo en su aula sindical de Costa Rica,
que costó 1.482 euros.
Los dirigentes de la Unión General de Trabajadores de Andalucía (UGT-A) no sólo exportaron su negocio de formación a siete países de Centroamérica y el Caribe con fondos públicos de la Junta de Andalucía. También se llevaron al otro lado del Atlántico su afición al marisco y a otras actividades de entretenimiento como karaokes y cenas amenizadas con Mariachis, gastos que fueron endosados a una subvención concedida en 2006 por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para montar ocho sucursales de formación destinadas a cuadros sindicales de Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Panamá y República Dominicana.
ResponderEliminarEl verdadero destino de la ayuda de 1,8 millones de euros, que tenía «carácter excepcional», era un proyecto de UGT-A que llevaba por título «Integración y Fortalecimiento Sindical en Centroamérica y El Caribe» (Proinfos). Fue otorgada por un organismo dependiente del entonces consejero de Presidencia, Gaspar Zarrías, militante a su vez de UGT.
DECLARACIONES DE BERTÍN OSBORNE. CON UN PAR .......
ResponderEliminarPilar Rahola lo llamó macho ibérico en un artículo. «Claro, soy macho y soy ibérico». Si le preguntas por la Justicia, se enciende: «Mientras esté politizada en las grandes esferas no será independiente. Otra cosa que me parece aberrante es eso de los jueces progresistas o conservadores. La justicia es la justicia, es igual para todos y todos tienen que impartirla de la misma forma. Otra cosa es que te guste o no la ley. Si hay que cambiarla que se cambie. Pero qué coño progresistas ni qué leche».
Los sindicatos haciendo cursos en el Caribe tampoco le son muy simpáticos: «Bueno, creo que es uno de los mayores escándalos de los últimos tiempos. Y parece que no se le da importancia. Porque estos tienen bula. Eso lo hace alguien del PP y tenemos mañana movilizaciones en la calle».