domingo, 8 de septiembre de 2013

Las segorbinas visten con un manto floral a la Virgen de la Cueva Santa



Ayer por la tarde los segorbinos acudieron en gran número para presenciar uno de los actos más esperados y entrañables de las fiestas patronales de Segorbe, la popular ofrenda de flores a la Virgen de la Cueva Santa, una de las tres advocaciones marianas por la que los segorbinos sienten mayor devoción. Las segorbinas, y algunos segorbinos, la mayoría niños, ya que no existe costumbre de que los hombres luzcan el traje típico han rendido pleitesía a su Patrona, “la blanca Paloma”.


Las mujeres segorbinas aprovechan esta ocasión para lucir con todo su esplendor el traje local: su corpiño negro, falda, aderezo, y la pañoleta blanca bordada en oro y lentejuelas.

El acto comenzó a la seis y media de la tarde y como es costumbre la corporación municipal y la banda de música han recogido en el Palacio Episcopal al obispo de la diócesis, Casimiro López, para dirigirse al palco que se instala frente al retablo de la Virgen de la Cueva Santa en la plaza de su mismo nombre.

Los primeros en desfilar los segorbinos y segorbinas acompañados de sus hijos, la corte y damas de la Reina Infantil de 2012, Laura Palomar Hidalgo, acompañadas de la Reina Mayor de 2012, Mónica Porcar Muñoz, luego los mayores de la Residencia, los cofrades de San Antón, Cruz Roja, Comisión de Toros, Moto Club Segorbe, Sevillanas, Falla Plaza Almudín, Caballistas de la Entrada de Toros y Caballos, Colegio de la Resurrección, Clavarias de la Virgen de la Esperanza, Centro Aragonés, Sociedad Musical, Damas de Santa Cecilia, Bolilleras, Asociación de Mujeres, Juventudes Musicales, Romeros de la Cueva Santa, Doncellas segorbinas, El Guitón, La Pellorfa, El Desacato y la Reina de las Fiestas de Jérica, todos llevaron su ofrenda hasta el altar de la Virgen.

Las reinas mayor e infantil, Cristina Pórtoles Soler y Paula Tortajada Carrillo, acompañadas de las falleras de Torrente, entregaron sus ramos a la Virgen y le dedicaron un emocionado y corto discurso, que concluyó con el típico grito de «Viva la Virgen de la Cueva Santa» y el canto a la Virgen por parte del Coro de la Catedral acompañados de la Banda de Música.


Tras la Ofrenda tuvo lugar el traslado procesional de Ntra. Sra. de la Cueva Santa, desde la Iglesia del Seminario a la S.I. Catedral-Basílica.  Y, por la noche la verbena que es conocida popularmente como “de la empalmá”, ya que da paso a las ocho y media de la mañana a la “Enrama”, organizada por la Comisión de Toros, que recoge el testigo y, a partir del lunes, serán ellos con la semana taurina los encargados de llevarla a cabo.

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