¿Por qué mientras los ciudadanos siguen padeciendo
la crisis con toda intensidad las voces más expertas anuncian su fin?
Obviamente porque las reformas traen el crecimiento de mañana, pero no alivian
el padecimiento de hoy, es más, suelen agravarlo a corto plazo.
El Consejo Empresarial de la Competitividad, donde
están 17 de las empresas más importantes de España, afirma esta semana que en
el cuarto trimestre de 2013 saldremos de la crisis y en 2014 comenzará a
generarse empleo, hasta 2.200.000 puestos nuevos en el próximo sexenio.
Según su presidente, César Alierta, “solo queda un
trimestre de recesión. La crisis se acaba y vienen buenos tiempos”. En el mismo
encuentro, Jorge Sicilia, economista del BBVA, ha afirmado que “sin la reforma
laboral la destrucción de empleo hubiese sido mucho mayor... los contratos
indefinidos han subido un 10.5%”
En el mismo sentido ha escrito el catedrático Manuel
Lagares “demos tiempo a la política actual que nos ha hecho recuperar la
credibilidad, respetabilidad y confianza perdidas” o Clemente González, de
Desarrollo de la Empresa Familiar, que dice que “esta vez va en serio… se trata
de una transformación real, mucho más profunda que la impulsada por el cambio
normativo que lidera el gobierno”. Si por fin comienza a haber luz al final del
túnel, la cuestión es saber cuánto durará el dichoso túnel, y Jaime
García-Legaz, Secretario de Estado de Comercio y buen economista, afirma que
“la salida de la crisis se cuenta en meses, no en años”.
De hecho, toda crisis supone la acumulación de
errores de los agentes económicos, públicos y privados, al concentrar excesivos
recursos –humanos y de capital- en sectores incapaces de mantenerlos. En
España, junto a la construcción, el sector financiero y el público son los que
acumulaban un mayor número de errores, que nos llevaron a una inversión
excesiva que ahora se está ajustando. La crisis es, sencillamente, el tiempo
que dura el ajuste, la negación de aquella supuso su alargamiento en el tiempo.
Hoy la mayor parte del citado ajuste ya está hecho.
El sector financiero cerró los dos últimos años 5.000 oficinas, la construcción
ha reducido sus precios en un 40% y el sector público ha visto menguar su
plantilla de en 310.000 empleados. Una vez corregido el déficit exterior,
reducido el de las administraciones, regresado el capital extranjero y
aumentado nuestra productividad, el país está ya estabilizado. Y si
trabajadores, empresarios y sector público soportan el sacrifico que supone
trabajar más horas disfrutando de menos ventajas, este ya será un buen año.
Miguel Barrachina
Economista y vicepresidente de la Diputación de
Castellón.
Enhorabuena Miguel por tus palabras alentadoras y llenas de esperanza. Todos esperamos ver pronto la luz al final del tunel, como bien has enunciado en tu artículo. Las difíciles medidas adoptadas por el Gobierno, en muchas ocasiones de forma involuntaria y propiciadas por la pésima herencia recibida del gobierno socialista, están comenzando a brotar y muy pronto recogeremos los frutos del trabajo bien hecho. En estos momentos hemos de permanecer unidos, trabajar duro y confiar en el Presidente y su equipo de gobierno, porque sólo bajo las siglas del PP saldremos de la crisis económica a la cual nos hemos visto enfangados los españoles por una mala gestión
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