El presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, ha anunciado la creación de un equipo de trabajo que integrarán diputados provinciales, alcaldes y técnicos de ambas instituciones para mejorar la coordinación de las relaciones entre la institución provincial y los ayuntamientos.
Esta es una de las tres propuestas para mejorar tanto el funcionamiento de la Diputación como su trabajo en relación con la Generalitat Valenciana y los municipios que ha hecho en la cumbre de alcaldes celebrada en Cabanes, que ha reunido a representantes de cerca de un centenar de ayuntamientos castellonenses.
“Quiero que sepáis que yo concibo esta reunión que tenemos hoy como un punto de partida, no como un fin en sí misma. Por eso quiero constituir un grupo de trabajo que se encargue de analizar el papel que a partir de este momento deben cumplir las diputaciones. Un equipo formado por diputados, alcaldes y técnicos provinciales y municipales”.
“Instituciones provinciales que analice la relación entre Diputación y ayuntamientos que fije de qué forma se pueden mejorar las sinergias entre ambas administraciones y podamos mejorar nuestro servicio a los municipios”, ha explicado Moliner.
También ha propuesto incluir a las mancomunidades en este debate de optimización de recursos por parte de las administraciones públicas. “Propongo incluir el estudio sobre el futuro de otros entes supramunicipales, como las mancomunidades, que en mucho casos son como una quinta administración que genera unos costes asumiendo competencias que pueden prestar otras instituciones”, ha explicado.
El presidente provincial ha finalizado anunciando que “he propuesto a Alberto Fabra una reunión entre la Diputación de Castellón y la Generalitat, que el presidente me ha pedido ampliar a una cumbre entre la Generalitat y las tres diputaciones de la Comunidad Valenciana para analizar las funciones que cumplimos cada una de las administraciones, redefinir las competencias y primar los servicios que pueda desarrollar mejor cada una, evitando las duplicidades. Tenemos un cometido cooperativo, no competitivo”.
Estas han sido las principales conclusiones de una jornada de trabajo que ha convocado Javier Moliner y de la que ha dicho que “quiero que de aquí salga el ‘Espítiru de Cabanes’, fruto de repensarse todo el futuro a consecuencia del nuevo escenario económico”. El acto ha contado con la presencia de cerca de un centenar de representantes municipales, incluidos del PSOE, del Bloc e independientes, además de los diputados del Grupo Popular en la Diputación de Castellón.
Tras la presentación de bienvenida del alcalde de Cabanes, Francisco Artola, han intervenido los ex presidentes de la Diputación de Castellón Joaquín Farnós y Carlos Fabra. Farnós reclamo una mayor “fidelidad a nuestra constitución, que está siendo vulnerada y rota por muchas partes. Sin la Diputación corremos el riesgo de salir de un centralismo madrileño para caer en un centralismo valenciano”. En esta línea, Farnós ha asegurado que “esto no implica que no haya que eliminar duplicidades, pero revisando principalmente servicios que prestan las autonomías, no tanto las de las diputaciones”.
Por su parte, Carlos Fabra ha puesto en valor sus 16 años de experiencia como presidente de la Diputación y ha apelado a su importancia “porque representa nuestra identidad como pueblo y es una garantía para los municipios castellonenses, especialmente los más pequeños, es donde tiene más sentido la existencia de las diputaciones”.
Fabra también ha criticado la oposición socialista, expresada por el portavoz socialista en la Diputación tanto al acto de hoy en Cabanes como a la misma existencia de las diputaciones. “No hay nunca una aportación positiva en sus palabras. Habría que preguntarles qué hacen en la Diputación si no creen en las diputaciones. Yo les pido que colaboren con los municipios desde dentro”, ha cuestionado.
Por otra parte, el ex presidente de la Diputación ha destacado la importancia de esta institución “no solo por lo que hace, sino por las acciones que incentiva”. Así, ha puesto el ejemplo del Hospital Provincial y la Universitat Jaume I, “cuyas competencias no corresponden a la Diputación Provincial, pero que sin la Diputación no existirían o, al menos la UJI se habría acometido mucho más tarde”.
Claves del discurso de Javier Moliner
En su intervención, Moliner ha dicho a los alcaldes: Os aseguro, y prueba de ello es esta jornada, que no me preocupa para nada el debate sobre el papel de las diputaciones, estoy convencido de que nos hará más fuertes. Lo estoy, convencido de nuestras posibilidades y de nuestro trabajo. Durante este tiempo, desde la primera convocatoria hasta hoy, cerca de medio centenar de pueblos habéis debatido en vuestros plenos el papel de las diputaciones. Y hoy queremos recoger vuestras opiniones, vuestras propuestas, creo que es la única forma de avanzar.
Y después de seis meses en los que me he recorrido toda la provincia, en los que hemos estado trabajando codo con codo, solucionando problemas y ayudando en los momentos más graves, seguro que tenéis todos clara una cosa: no estáis solos.
Por eso hemos convocado esta reunión de trabajo, para recibir las aportaciones de todos los alcaldes para analizar juntos qué se está haciendo, cómo se está haciendo y qué se puede mejorar.
Nos hemos dado cuenta por las malas que el estado del bienestar no es ilimitado, ni gratuito. Que hay que aplicar criterios de responsabilidad, de eficacia y priorizar. Hay que eliminar duplicidades y ver qué administración puede asumir mejor y más barato cada servicio que se prestan a los ayuntamientos, a los ciudadanos y a las empresas.
Y en ese debate profundo, radical, pero sereno, todos tenemos claro que las diputaciones tienen sentido mucho. Especialmente en un país con 15 millones de personas viviendo en núcleos pequeños, con muchos servicios que solo pueden prestar las diputaciones en unas condiciones razonables.
En una provincia como Castellón, con 116 municipios de menos de 5.000 habitantes, tiene aún más sentido la existencia de las diputaciones.
Esta provincia es un ejemplo para toda España. Ha sido el paradigma de la calidad de vida… y lo sigue siendo. Y para que no deje de serlo debemos apelar a aquello que nos ha hecho grandes, a la responsabilidad, al trabajo, a las tradiciones.
Pero ahora es momento de, manteniendo nuestra identidad, apelar a nuevos valores que nos ayuden a volver a encarrilar el vagón en la buena senda. Hay que apelar al compromiso. El mismo que yo tengo con todos vosotros y el mismo que vosotros tenéis con todos vuestros vecinos.
El compromiso de la vocación de servicio por encima de todo. El compromiso de trabajar con altura de miras, al lado de todos, enfrente de nadie. El compromiso de liderar la recuperación económica de esta provincia, para recuperar el camino del pleno empleo.
También es tiempo de reivindicar la gestión. Hacer más con menos. Acortar los tiempos de la burocracia. Eliminar lo superfluo y primar lo más necesario. De cambiar cenas por obras. De incentivar la formación y no las reformas de locales. De invertir en promoción turística, en potenciar nuestros productos de calidad, nuestro interior.
Pero en este camino es fundamental que adaptemos nuestras estructuras, nuestras funciones y debemos ser ambiciosos, debemos afrontar los cambios sin miedo. No se puede seguir manteniendo la visión de las diputaciones como repartidoras de subvenciones, hay que avanzar en la idea de que seamos suministradoras de servicios. De avanzar más allá de la concepción de que somos un ayuntamiento de ayuntamientos, para pasar a ser un gestor de gestores.
Hay que garantizar que todos los ayuntamientos puedan prestar los mismos servicios… hay que igualar a Castellón con Fredes. Y esto solo se consigue garantizando el principio de igualdad que la constitución nos exige. Para la Diputación de Castellón, el tamaño no importa.
Juanjo, el alcalde de Tírig, me dijo en una visita a su pueblo cuando tranquilamente hablamos de las necesidades del municipio, que venir a la diputación es ir a casa, en otras administraciones nos sentimos de visita.
Pero también es momento de planificar, de tomar decisiones no solo pensando en el presente, sino también en el futuro. Debemos ser capaces de dar soluciones rápidas a los problemas, ser resolutivos y eficaces en el corto plazo, pero también debemos mirar a largo plazo.
Es tiempo de analizar, de entender y de plantear la estrategia para que la provincia de Castellón sea mañana mucho más solida de lo que es hoy. Por eso, manteniéndonos firmes en lo que ya tenemos, hay que ver qué nos puede ayudar a crecer, como son el turismo y la logística gracias a las nuevas comunicaciones.
Y este trabajo, esta planificación, esta coordinación, solo se puede hacer a través de la Diputación. Este grado de compromiso, este nivel de gestión local, esta visión de futuro provincial, solo lo puede llevar a cabo la Diputación.
Ni yo, ni el nuevo Gobierno, tenemos ninguna duda acerca de la vigencia absoluta de las diputaciones, pero eso no significa que no haya que buscar fórmulas para mejorar su eficacia en el servicio a los ayuntamientos y a los ciudadanos.
La Diputación Provincial trabaja desde un modelo plural y participativo de colaboración con los Ayuntamientos que trata de dotar a las ciudadanas y ciudadanos de igualdad de capacidades y oportunidades para su desarrollo, a través de unas políticas locales activas de mejora socioeconómica, bienestar social y conocimiento que toman como parámetros de referencia el equilibrio territorial y el crecimiento desde el desarrollo sostenible.
Potenciando actuaciones y servicios desarrollados por la administración local, en colaboración con los Ayuntamientos, desde la eficiencia y la calidad, tratando de alcanzar los objetivos planteados desde una gestión adecuada de los recursos económicos, ampliando la cobertura de nuestras actuaciones, primando la calidad en la prestación de servicios y en los procedimientos, haciéndolos transparentes y eficaces, en un proceso de mejora continua en el que se encuentran implicados los recursos humanos de la organización.
Desde este marco de actuación, la Diputación Provincial aporta capital físico para el territorio, valores añadidos de gestión provincial, al tiempo que actúa como dinamizadora y núcleo de redes de municipios y de una visión y planificación estratégica.
Hay que tener una visión estratégica, desde la observación de la provincia y su entorno y una planificación estratégica integradora de los municipios en la que tienen participación el ámbito empresarial y la sociedad civil.
También influye la economía de escala, favoreciendo economías de eficiencia y compartiendo recursos técnicos, de infraestructuras y humanos comunes.
Además, la Diputación no sólo apuesta por la extensión de la cobertura y uso de los servicios y prestaciones que ofrece, sino por la calidad en los mismos y en su gestión pública vinculándose a la adaptación de las necesidades de los ayuntamientos, el territorio y la población; la gestión con eficiencia y la transparencia en la comunicación.
También hay que apostar por un liderazgo innovador, buscando la combinación de dirección política, saber técnico y creatividad y poniéndola al servicio de la puesta en marcha de proyectos e intervenciones que favorezcan la creación de sinergias entre los ayuntamientos.
Las diputaciones son prestadoras de unos servicios que se producen y consumen en unidad de acto, por lo que difícilmente puede preestablecerse en una norma jurídica el modo en que han de realizarse, por ello la calidad del servicio dependerá en gran medida de la profesionalidad del funcionario que lo presta. Esto nos permite afirmar que su personal es el gran activo de las Diputaciones.
Quiero que sepáis que yo concibo esta reunión que tenemos hoy como un punto de partida, no como un fin en sí misma.
Por eso quiero constituir un grupo de trabajo que se encargue de analizar el papel que a partir de este momento deben cumplir las diputaciones. Un equipo formado por diputados, alcaldes y técnicos provinciales y municipales.
Instituciones provinciales que analice la relación entre Diputación y ayuntamientos que fije de qué forma se pueden mejorar las sinergias entre ambas administraciones y podamos mejorar nuestro servicio a los municipios.
He propuesto al presidente Alberto Fabra la celebración de una cumbre entre la Generalitat y las tres diputaciones de la Comunidad Valenciana para analizar las funciones que cumplimos cada una de las administraciones, redefinir las competencias y primar los servicios que pueda desarrollar mejor cada una, evitando las duplicidades. Tenemos un cometido cooperativo, no competitivo.
Y, también, hay que plantear un debate profundo sobre las competencias de todas las administraciones, incluyendo a las mancomunidades, que a veces son una quinta administración.
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