- Los investigadores creen que la búsqueda del libro puede «resolverse en el momento más inesperado»
Seis siglos después, el cerco sobre el origen del
ajedrez se estrecha. El «Llibre dels jochs partits dels schachs en nombre de
100», escrito por el segorbino Francesc Vicent y convertido en uno de los
incunables más buscados del mundo, parece estar más cerca que nunca de ser
localizado. Este tratado medieval valenciano, en el que se asientan las bases
del ajedrez moderno, fue publicado el 15 de mayo de 1495, pero todavía se
desconoce cuál es su paradero actual. Encontrarlo conllevaría la demostración
de que fue en Valencia, a finales del siglo XV, cuando se empezaron a fijar las
reglas del juego tal como se conoce ahora. De hecho, la magnitud del pretendido
hallazgo es tan relevante que se ha puesto en marcha un concurso Premio Von der
Lasa que ofrece como recompensa 18.000 euros para quien encuentre la obra.
Sin embargo, en los últimos meses ha habido nuevas
pistas que han iluminado, un poco más, el camino. Juan Antonio Garzón, el
investigador que capitanea la búsqueda del tratado de Vicent, hará público esta
misma mañana en las jornadas que la Societat Bibliogràfica Valenciana está
celebrando en la Universitat de València un nuevo y significativo avance en sus
indagaciones.
Al parecer, después de intensificar las pesquisas en
Estados Unidos, se ha llegado a la conclusión de que es muy probable que la
obra de Vicent cambiara de manos en Nueva York a mediados del siglo XX,
posiblemente en la década de 1950. En el texto «La búsqueda del Santo Grial del
ajedrez», que será publicado en breve, Garzón apunta que el librero catalán
Salvador Babra vendió un ejemplar de Vicent en 1913 a un coleccionista
americano con mucho dinero. Siguiendo el rastro de posibles compradores, Garzón
y sus ayudantes encontraron en la Biblioteca Pública de Cleveland una
referencia a la obra de Vicent junto a la de otro libro que tenía Babra, el
manuscrito medieval Civis Bononiae, también sobre el ajedrez. En ese momento,
la investigación se centró en este segundo libro, por si había seguido una
«vida paralela» al tratado valenciano. De esta manera, Garzón y sus
colaboradores norteamericanos descubrieron en la Biblioteca Pública de Nueva
York el segundo manuscrito, entregado por Gustavus A. Pfeiffer (1872-1953).
Este coleccionista y mecenas donó sus libros de ajedrez a la biblioteca en los
años 50, pero allí no se ha encontrado el incunable de Vicent.
En cambio, Garzón subraya ahora que «la opción de
que Pfeiffer fuese el rico cliente americano de Babra se convierte en
prioritaria, lo que plantea la existencia de un nuevo poseedor del libro a
mediados del siglo XX. Esta nueva pista ha sido explorada, dando inesperados
frutos. Estamos convencidos de que la búsqueda del incunable puede resolverse,
ahora sí, en el momento más inesperado». Por tanto, se cree que Pfeiffer vendió
la obra de Vicent antes de morir a otro comprador, que puede que aún disfrute
del libro sobre el origen del ajedrez.
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