ENCUESTA Seis de cada 10 españoles lo consideran
'personalmente' responsable del escándalo
Las explicaciones y excusas reiteradas por la
dirección de la Unión General de Trabajadores (UGT) para cuestionar y
desmarcarse del escándalo de las facturas falsas no convencen a la opinión
pública. La tesis del mero «error contable», esgrimida tanto por Cándido Méndez
como por el ya dimitido secretario general de los ugetistas en Andalucía,
Francisco Fernández Sevilla, es rechazada prácticamente por siete de cada 10
españoles.
El 68,5% considera que lo destapado por EL MUNDO
(desde las fiestas con barra libre de la Feria de Sevilla a los 700 bolsos
falsificados en Asia, pasando por la sistematización del bote para inflar las
facturas y rebañar así las subvenciones de común acuerdo con las empresas
proveedoras de confianza, o por el cobro de mordidas por servicios abonados
íntegramente con cargo a ayudas públicas) es una trama organizada desde los
despachos principales del sindicato.
Sólo tres de cada 10 votantes del PSOE aceptan la
versión del sindicato
Sólo el 16,5% de los encuestados cree que el desvío
sistemático de fondos públicos -a través del maquillaje y el falseamiento
contable- pudo realizarse al margen de la Ejecutiva. Los votantes socialistas
son los más crédulos en este sentido, aunque en realidad sólo tres de cada 10
comulgan con la versión del sindicato.
Cándido Méndez es señalado directamente con el dedo
a partir del escándalo. Un 61,8% de los españoles (el 48,3% entre los
simpatizantes del PSOE) considera que el dirigente es «personalmente
responsable» de las facturas falsas de UGT en Andalucía. Por el contrario, un
22,5% de ciudadanos (33,6% votantes socialistas) cree aún en la palabra del
líder sindical, quien se ha confesado sorprendido desde el primer minuto con
las revelaciones de este periódico sobre el verdadero destino de las ayudas
otorgadas por las administraciones a la federación andaluza.
La dirección de UGT ha pretendido que Despeñaperros
haga también en este caso de cortafuegos natural. Desde Madrid no paran de
subrayar la plena autonomía financiera que en la práctica habrían venido
disfrutando hasta ahora sus federaciones regionales, pero una cosa son las
responsabilidades penales que puedan derivarse de la instrucción del caso de
las facturas falsas y otra muy distinta las políticas, claramente diferenciadas
por la opinión pública. Y es que resulta abrumadora la mayoría de ciudadanos
que considera que Cándido Méndez debe seguir los pasos de Fernández Sevilla y
dimitir por el escándalo de las facturas.
Casi el 70% de los electores socialistas quiere que
se vaya el secretario general
Un 79,6% de los españoles concluye que Méndez tiene
que renunciar como secretario general de UGT tras dos décadas ininterrumpidas
en el cargo, saldadas con media docena de huelgas generales. Entre los votantes
del PSOE, prácticamente son siete de cada 10 (el 68,7%) los que le piden que
asuma responsabilidades dando el paso atrás definitivo.
Hay que tener en cuenta que la encuesta se realizó
una semana antes de trascender el escándalo de los caramelos fantasma de los
Reyes Magos (la Junta pagó dos veces por las mismas chucherías donadas por
UGT-A a la cabalgata de Sevilla en los años 2009 y 2010 con cargo a ayudas para
prevención de riesgos laborales), pero sólo unos días después de los registros
realizados por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia
Civil en sedes y empresas instrumentales de UGT por orden judicial.
Entre otros edificios, se retiró abundante
documentación de la Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de Andalucía
(Fudepa), ubicada en Córdoba y de la que Cándido Méndez fue patrono hasta hace
un año, prácticamente coincidiendo en el tiempo con un informe remitido a la
juez Mercedes Alaya -en el marco de la investigación de los ERE fraudulentos-
en el que el Servicio de Protectorado de Fundaciones de Andalucía, dependiente
de la Consejería de Justicia e Interior de la Junta, confirmaba el vínculo del
líder ugetista con la entidad.
Profundizando en el detalle de las preferencias
políticas de los encuestados, quienes más críticos se muestran con el papel de
la dirección de UGT-A en el escándalo de las facturas falsas son los votantes
de UPyD. Son los que más claro tienen que la trama tuvo que diseñarse
necesariamente desde la ejecutiva del sindicato (un 85,5% de los partidarios de
la formación de Rosa Díez frente al 80,8% de votantes del Partido Popular) y
que a Cándido Méndez no le queda más salida que presentar la dimisión (91%;
entre los electores del PP, el porcentaje se reduce al 87,2%).
No a la formación de sindicatos y patronal
Las trampas contables de UGT han acrecentado la
desconfianza hacia los agentes sociales en general. La mayoría de los españoles
critica el hecho de que sindicatos y empresarios dirijan cursos de formación para
desempleados con cargo a fondos públicos, lo que se ha demostrado que ha
servido como vía de financiación irregular. Más que hacer agua, el modelo de
concertación social parece hundido ante la opinión pública. Los porcentajes de
rechazo superan el 60%. Una clara mayoría de votantes tanto del PP como del
PSOE está en contra de que los sindicatos y la patronal impartan cursillos para
preparar profesionalmente a los parados. Entre los simpatizantes del Partido
Popular, salen casi calcados los porcentajes de rechazo respecto a la formación
tanto de organizaciones sindicales como empresariales (78,9 y 77,1%,
respectivamente). No hay tanta homogeneidad entre los que prefieren las siglas
socialistas: un 54,8% no ve bien que UGT y CCOO dirijan cursos subvencionados,
pero el porcentaje sube siete puntos y medio si se trata de la patronal. Los
votantes de IU son los únicos que confían en los sindicatos para formación,
aunque cuatro de cada 10 partidarios de Cayo Lara están también en contra. Hay
práctica unanimidad a la hora de rechazar los entramados empresariales de las
organizaciones sindicales. Al 87,4% de los españoles no le parece bien que los
sindicatos tengan sociedades dedicadas a actividades lucrativas. Y es que sólo
un 7,2% de los encuestados ve aceptable que, por ejemplo, UGT mantenga una red
integrada por 81 sociedades y dos fundaciones que maneja más de 100 millones de
euros al año.
MIRAR CÓMO ESO NO LO QUEMAN
ResponderEliminar¿Por qué quisieron meterle fuego la otra mañana a Santa Marina? Pues para que la extrema izquierda de los radicales, los perrofláuticos, los alternativos y los antisistema evidencie lo que realmente pretenden: que miremos hacia una iglesia ardiendo como si fuera un burro volando. ¿Cuántas mariscadas con cargo al dinero público de los fondos de los parados se ha metido entre pecho y espalda el cura de Santa Marina? ¿Cuántas cuchipandas en la Feria de Sevilla ha pagado con facturas falsas el cura de Santa Marina? ¿Cuántos maletines falsos ha encargado a China el cura de Santa Marina, para poder cobrar luego la morterada presentando facturas por el procedimiento del tirón o del por aquí te quiero ver de aquella manera un dijimos? Es más: ¿a cuántos falsos empleados ha metido en el trinque de los ERE y en el mangazo del siglo el cura de Santa Marina? ¿Cuántos viajes al Caribe se ha pegado el cura de Santa Marina con cargo a esos fondos? ¿Cuántas comisiones no precisamente obreras, sino de la trincadeira, se ha embolsado en su sotana el cura de Santa Marina?
Porque me dije: esto de que le hayan querido meter fuego a Santa Marina es porque las turbas y las hordas están ya hartitas de contemplar tanto mangazo impune, cómo se lo están llevando de calentito, y el cura de aquel templo es que se las traía, ¡qué manera de trincar con los ERE el tío! Total, le han hecho lo mismo de aquellos clamorosos «escraches» contra Chaves y Griñán antes y ahora contra Susana Díaz ante la Junta de Andalucía cuando se conoció la tostada de los ERE. Y por eso os pregunto, hijos míos que no conocéis la vergüenza: y a la UGT, ¿cuándo? ¿Cuándo le vais a meter fuego a la sede trincona de la UGT como a la iglesia de Santa Marina? Como el «¿Arde ya París?» del otro, en esta película de sesión continua pregunto: «¿Arde ya la UGT?».