Cuando la profesora de un conocido instituto dijo
que “els feixistes” le habían bajado el sueldo y durante meses se negó a darles
clase de “catalán”, se estaba dirigiendo a unos alumnos cuyos padres,
estadísticamente, habían votado mayoritariamente al “partido de los recortes”.
Se debieron sentir dolidos, menospreciados, pero ningún niño acudió a la
inspección, ni consta que sus padres elevaran denuncia alguna. Sin embargo
ocurrió, como muchos otros casos que están teniendo lugar de manera creciente
desde el cambio de Gobierno en España.
La inmensa mayoría de profesores y maestros son
cualificadísimos profesionales, entregados, sacrificados y a los que solo cabe
admirar. Yo aún siento devoción por los que tuve en el colegio y el instituto
público de Segorbe y si no he alcanzado metas mayores, no es por sus buenas
enseñanzas, sino por mi falta de capacidad.
Por eso es un acierto que Nuevas Generaciones de
Castellón haya puesto en marcha una campaña de concienciación contra el
adoctrinamiento en las aulas. Si ha sido un tema de debate de ámbito nacional
es porque, obviamente, era algo conocido pero tabú, porque esa reducida minoría
que hace un uso político de la enseñanza siempre se ha sentido intocable.
El uso sectario de la educación puede estar no solo
en los autoproclamados progresistas, sino también en centros de ideario
religioso o de cualquier otro tipo. Y es saludable que sean conocidos. Todos
debemos ser, si procede, objeto de crítica constructiva, los políticos
diariamente, pero también los periodistas, los deportistas, los jueces y, por
qué no, los profesores. Por eso llama la atención la furibunda respuesta del
sindicato mayoritario al llamar “nazis” y “fascistas” a los alumnos promotores
de la campaña #quenotelien. Muestran fina epidermis y grado de tolerancia cero
a la crítica. La casta de intocables, con una infanta imputada, no existe. Por
cierto que si este mismo sindicato cumple su amenaza de llevar a NNGG ante la
Fiscalía, les ruego que me incluyan en la denuncia porque yo sí he leído el
manifiesto y estoy de acuerdo en todos sus extremos.
Celebro la rápida reacción del rector de la UJI
frente a estos jóvenes. Es bueno que haya ganado en reflejos, ya que ante la
agresión en su campus al president de la Generalitat estuvo algo mas lento,
aunque estando esta campaña de sensibilización dirigida fundamentalmente a
colegios e institutos muchos nos preguntamos por qué se sintió aludido.
Confieso que le tengo personal simpatía a Vicent Climent, también al exrector
Toledo, aunque ahora tenga escaño socialista.
Lo dicho: intocable, nadie.
*Vicepresidente Diputación.
Vale, pero las subvenciones a los colegios concertados de la iglesia no las quitéis, eh.
ResponderEliminarLa Constitucion Española defiende el derecho a elegir el tipo de educacion que los padres desan para sus hijos y si en la C. Valenciana existen colegios privados subvencionados se debe a una Ley aprobada por los socialistas en epoca de Joan Lerma, siendo Conseller de educacion Cipria Ciscar.
ResponderEliminarExcelente, otra razón más para no quitar las subvenciones a los colegios concertados de la iglesia, está en la Constitución, además la ley la hicieron los socilistas. Venga, venga, circulen, aquí no hay nada que ver.
EliminarNo se porque os quejais los socialistas de los colegios privados o concertados si concejales como Guillen recibieron formacion educativa en el Seminario de Segorbe, Enrique Valdeolivas termino sus estudios academicos en el colegio privado del " campanero " sito donde se encuentra actualmente la sede social de la S. Musical, propiedad de la Iglesia o Mercedes Perez estudio en el colegio privado de monjas " La Milagrosa " de Segorbe.
ResponderEliminarYo no soy socialista, soy de centro reformista.
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