Coincidí con Francesc Colomer en el parlamento
valenciano cuando él era diputado de Izquierda Unida, antes de marcharse con el
escaño puesto a la ficción política de Nueva Izquierda, para recalar, al
parecer definitivamente, en el PSPV.
Era una operación urgente porque ya no podía repetir
como diputado en el partido de Anguita, que limitaba a dos legislaturas su
continuidad, y la factoría Rubalcaba les organizó una salida “decorosa”, con
partido instrumental incluído.
En aquellas fechas se realizó para funcionarios y
diputados un curso de lengua de signos, organizado por Federación de Sordos de
la Comunidad Valenciana, que me ha permitido en alguna época signar con cierta
solvencia.
Entonces Colomer, como hoy, estaba enfrascado en
batallas políticas internas y quizá nunca supo que en los despachos contiguos
se realzaban tareas de aproximación a las personas con diversidad funcional,
porque nunca vino por allí.
Fortuitamente fue en un viaje que organicé para
personas sordas a Bruselas cuando inicié relación con la que hoy es mi mujer, y
junto a la economía, el de la discapacidad, ha sido siempre mi lugar de
desarrollo político, no en vano fui ponente nacional de la ley de autonomía
personal, de la de lengua de signos y de otras dirigidas a este esforzado
colectivo. Y he tenido la suerte de ser premiado inmerecidamente por algunos de
estos colectivos en varias ocasiones.
Mi vinculación con el mundo de las personas con
discapacidad ha sido siempre muy estrecho, y conservo entre ellos buenos
amigos, en el Cermi, en Fesord y otros, por eso me ha dolido el último montaje
de Colomer tras el último pleno de la Diputación de Castellón.
>En ese pleno critiqué que los socialistas hagan
un uso sectario, y adulteren las justas reivindicaciones de las personas con
discapacidad, “…no sólo tienen derecho es que tienen razón todas las personas
con discapacidad, sus familias y quienes les ayudan, tienen razón a pedirnos
todo lo que ellos estimen conveniente, tienen razón. Pero allí había senadores,
había cargos electos, había mucha gente del PSOE que había tomado medidas
idénticas a las nuestras de reducción de gasto. Son aquellos que hacen de la
protesta un ejercicio de pura militancia política contra el PP, no a favor de
personas con discapacidad”, eso es exactamente lo que dije en el pleno, en el
que además, tal y como ellos mismos coloquialmente utilizan usé en dos
ocasiones la palabra “carrito”, y si alguien entiende, tras la campaña
socialista, esta palabra como inapropiada le pido disculpas, pero la he
aprendido del propio sector.
Es una pena que el socialismo provincial se esfuerce
en hacer fuera lo que ha logrado dentro, que es fraccionar y dividir. A ello, a
la pancarta, la pegatina, la manifestación y las campañas de acoso al PP
dedican su tiempo en exclusiva. Lo dicho, una pena, a ellos puede resultarles
de alguna utilidad electoral sesgar comentarios e iniciar estas campañas pero a
la sociedad les resulta completamente inservible.
Miguel Barrachina Ros
Economista y Vicepresidente de la Diputación de Castellón
Miguel Barrachina Ros
Economista y Vicepresidente de la Diputación de Castellón
Miguel, sigue tu magnífica trayectoria como persona y como político y no hagas caso de los comentarios nefastos que esta gente hacen de todo lo que huela a honradez. Los que te queremos estamos y estaremos contigo.
ResponderEliminarLos Kirchner tienen una gran oportunidad de mostrar su adhesión a los discapacitados, que donen alguno de sus 7 sueldos a alguna asociación!
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