¿Dónde Estamos?


Estamos en el lugar justo que merecemos. En la penosa situación a la que inexorablemente conduce el comportamiento equivocado, de agentes públicos y privados, en un entorno de desconfianza internacional.
Cuando una administración pide un préstamo lo que hace es anticipar el disfrute de una obra, o un servicio, para la que carece de recursos demorando el pago a la siguiente generación, o al posterior gobierno. Y resulta que nosotros somos esa generación, no hay más, o ese gobierno, que debe hacer frente a las deudas de los anteriores. No viene nadie más detrás, a hacerse cargo de nuestros prestamos, porque ni bancos ni país tercero se fía de seguir dejándonos sus fondos.